A veces no entiendo al mundo, un día todo puede ser
mil sobre hojuelas y al otro todo puede ser una sombra de lo que fue, cómo es
que las cosas pueden cambiar tan solo con un segundo y no poder volver a ser lo
que eran. Añorar el pasado es no vivir el presente, el presente puede volverse
una realidad inexistente y el futuro una esperanza de lo desconocido, entonces
dónde estamos parados, es la pregunta que me he hecho toda mi vida, donde estoy
parada en este momento.
Me pregunto lo mismo todo el tiempo porque cada vez
que creo que empezarán a ir bien las cosas algo me parte, me descoloca y me
hace ver que no estaba viendo con los ojos, que estaba solamente soñando
despierta, entonces abro los ojos y me doy cuenta que las cosas no son lo que
parecen y que ya no soy yo la que no entiende al mundo sino el mundo que no me
entiende a mi.
La claridad es lo que le da forma al mundo, la
verdad, la honestidad y el respeto, el problema somos nosotros que damos por
hechas ciertas palabras, ciertas conversaciones o ciertas emociones por lo que
escogemos y medimos las palabras, sea para no decirlas o para decirlas
incompletas justificándonos con el fin de esa decisión, pero entonces realmente
el fin justifica los medios o somos solamente personas egoístas que no queremos
ser heridos y que herimos consiente o inconscientemente a los demás. Esto no
quiere decir que no existan buenas personas, las hay de eso estoy segura, sin
embargo están a veces invisibles a los ojos como fantasmas caminantes en la
tierra tendiendo su mano a cuanto ser lo necesite pero siendo jalados por el
hombro y heridos innumerables veces sin si quiera soltar una sola lagrima, es
por eso que no los vemos por que ellos también están heridos y se confunden con
los otros caminantes.
Encontramos a personas etéreas, tan dulces y tan
sinceras que su sola presencia es una bofetada de algo tan bueno y desconocido
que duele, porque cada vez que nos alejan del fuego nos resistimos queremos
herirnos y ellos en cambio quieren mantenernos con el suficiente calor para no
morir de frío, para sentirnos en casa y para ver el camino hacía ella.
Es así como el mundo decide dar muchas vueltas para
que nos encontremos con todos los seres de luz que existen, para que seamos
salvados las veces que sean necesarias para aprender, para ser felices y para
convertirnos en esa luz que a otros hace falta, para entender al mundo y como
funciona.
A veces no entiendo al mundo porque da muchas
vueltas, a veces no entiendo nada porque no quiero entender, porque no quiero
despertar porque se que una vez que lo haga no se si seré uno más de los heridos
o una luz y me temo que cada vez que empiezo a abrir los ojos siento tanto dolor
que no se si cuando los abra por completo el dolor se detenga o se
intensifique.
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